viernes, abril 21, 2006

Pearl Harbor (2001) DVD Version Extendida


Si mis queridos drugos, ahí estaba yo; en mi casa, un martes y mi reloj marcaba las 18:34 de la tarde. Con cero ganas de someterme a alguna actividad que me supusiese algún esfuerzo destacable, me dispuse a disfrutar un poco de mi reproductor de DVD y de las posibilidades que ofrecían un estomago vacío y una nevera llena. Sí, la idea de estar tirado en el sofá toda la tarde viendo una película después de un insoportable día se me antojaba muy atractiva. Y hasta allí desplacé mi persona, con el teléfono inalámbrico al alcance de la mano, mis zapatillas de andar por casa insertadas en mis pies, los mandos en los bolsillos y en mi mano izquierda un ejemplar de “Rashomon” de Akira Kurosawa, edición quiosco como quien dice y todavía con el precinto, y en mi mano derecha, ni mas ni menos que la edición especial dos discos de “Pearl Harbor”. Mi indecisión fue breve y mi elección seguro que ya os la suponéis. Introduzco el Disco 1, domino el sofá de una estirada, desenfundo el mando correspondiente a DVD, selecciono la opción “película” y... sí, lo bueno empieza a ahora. Y yo, entre una estúpida sonrisa que me partía la cara, me dije: “a disfrutar”. Y, ¡hay pobre! aunque mis peores temores me lo decían, yo no intentaba hacerles caso: “¡¿Que haces insensato?! ya viste suficiente cuando la echaron en Antena 3” -decía mi parte sensata- “ya tuviste suficiente, no necesitas mas”. “Tranquilo” -respondía mi parte confiada- “seguro que me voy a echar una risas del copón, como con “Dos Policías Rebeldes 2””. “Insensato -contesto mi parte realista- un “Dos Policías Rebeldes 2” de 176 minutos tiene que ser insoportable y un coñazo impresionante” pero fue mi parte absurda la que ganó finiquitando la conversación con aquello de “solo hay una manera de saberlo”... y ocurrió lo peor; la película empezó. Ante mi, la gran obra se abrió paso ante tres infumables horas de mediocre metraje.

Tennessee, 1923. Rafe McCawley y Danny Walker son dos niños que juegan en lo que debió de ser un biplano y ahora es un montón de chatarra, vaticinando la escena que continúa; 17 años después se encuentran pilotando en el ejército de los Estados Unidos, donde son los jodidos ases de los cielos.A Rafe (Ben Affleck) y a Danny (Josh Hartnett) allí nada les distrae de su objetivo en la vida: matar al enemigo. Nada les quita la atención de ahí excepto las enfermeras, entre las que se encuentra Evelyn Johnson (Kate Beckinsale), que se ha convertido en “la chica” de Rafe. Esta promete esperarle hasta su regreso, ya que se va a la Legión Águila, división inglesa formada con pilotos norteamericanos, que obviamente combate en el conflicto mundial. Mientras Rafe es destinado allí, su antigua división, con Danny ahora como mejor piloto y el grupo de enfermeras de Evelyn, son destinados a la base de la marina en el pacifico; Pearl Harbor, una ratonera que contaba con 11 metros de profundidad como mejor defensa ante un ataque. Mientras tanto, en Japón, aunque siguen manteniendo relaciones diplomáticas con los americanos, el Almirante Yamamoto ha planeado un infalible plan que dolerá a los Estados Unidos: un ataque en masa y por sorpresa a Pearl Harbor.Entre tanto, hasta que llega el ataque, asistimos a la muerte de Rafe, la tristeza y añoranza de Danny y Evelyn, a su posterior enamoramiento (así, sin mas), del que como consecuencia surge una ñoña escena romántica en el hangar de los paracaídas, llegada de los avernos de Rafe en carne y hueso, que al ponerse al día de lo bien que su mejor amigo a cuidado de “su chica” durante su ausencia, estalla en el la enemistad, todo ello con interrupciones cada diez minutos o así, de un minuto de duración donde intentan colarte todas las maniobras militares, consiguiendo una insufrible historia de amor digna del peor telefilme, que en vez de poner anuncios, ponen trozos de “Tora!, Tora!, Tora!”. Ahí hasta que estalla el ataque japonés que barre la base, aunque deja lugar a que los tres protagonistas cometan una serie interminable de heroicidades. Una vez acabado el combate Rafe y Danny son reclutados para la terrible represalia estadounidense: un bombardeo en Tokio, del que solo regresara vivo Rafe, pero que cuidara a gusto de “su chica” y del hijo de Danny que ella dará a luz.

Un guión plano, simple, con personajes de una pieza, que no sabe medir ni acción, ni diálogos, ni nada que se le parezca consiguiendo el tedio más absoluto cuando a la película aun le queda lo peor por venir. El guionista Randall Wallace es uno de los productores ejecutivos de la cinta. No se en que medida tiene esto que ver con el resultado final, pero en todo caso no resulta un buen precedente. Por seguir hablando de los personajes (hablar de personajes en esta película es como hablar de lógica en el congreso de los diputados), son en la gran mayoría impresentables donde la mezcla entre un básico guión y una dirección que se encarga de deshacer mas que de hacer, dan lugar a un resultado final humillante.La película en el 90 % de su metraje se trata de un intento constante de mostrarnos a los protagonistas, Rafe y Danny, en un alo de cordialidad, alegría, camarería, sana competitividad y absoluta felicidad. Es decir, que es un intento desesperado y continuo de que nos caigan simpáticos a toda costa. Lastima que la película consiga justo lo contrario, dando como resultado que lo ultimo que nos importe es que pierdan la vida en una de las mil ocasiones en que retan a la muerte. Y por si fuese poco, en un afán de autosuperación, Bay consigue inculcarnos estos sentimientos a partir de los primeros 5 minutos. Sobra decir que las interpretaciones de Ben Affleck y Josh Hartnett están acordes con sus personajes, que se traduce en unas actuaciones absurdas, torpes e infantiles, o así las definiría yo. Absurdas, porque no se lo creen ni ellos lo que dicen.Ya empezamos mal. Torpes, porque la escena de la borrachera y posterior pelea es vergonzosa la gesticulación que tienen ambos. Una escena que estaba echa para lucimiento de los dos y ellos mismos se encargan de ridiculizarla. Y lo de infantil iba porque cualquier niño de una edad menor a 12 años alcanzaría un mayor grado de identificación con el personaje. Pero bueno, esto es lo que hay, y aunque Lee Strasberg se tiraría de los pelos, los vamos a aguantar durante tres horas. El caso de Kate Beckinsale es más complejo; llora y susurra. De verdad, a estas dos acciones se reduce su papel de Evelyn, estar angustiada y estar enamorada, que ella transmite así al publico; durante el romance susurra y durante los momentos angustiosos llora. Así, tal cual, durante toda la peli. Y estos son el trío protagonista sobre los que va a girar toda la “trama”, dejando casi mas que decir de los secundarios. Respecto a estos, en muchos casos lo primero que hay que decir seria: ¿hasta cuanto deseas una piscina nueva?, porque si no es por la pasta, carece de sentido aparecer en esta película. Ya desde el primer momento, con la aparición del padre de Danny, William Fichtner, este nos servirá de “molde” para todos los demás personajes secundarios que pueblan la película. Todos están sujetos a las mismas directrices: irracionales e inútiles en su totalidad, en particular este lo primero que se gana es un leñazo (literal, un golpe con un tablón de madera) por parte de la versión juvenil de Rafe. El personaje que se lo a ganado es un padre maltratador y alemán y por consiguiente odiado, aunque no dejan muy claro si por ser maltratador o alemán. Otro olvidable personaje es el de Cuba Gooding JR., que hace de cocinero afroamericano, sin demostrar en toda la película más aptitudes que estas. He dicho afroamericano, ¡buf!, vaya se me escapó. Quería decir negrata porque hay un momento en que habría esperado a que se marcase un rap. Fuera broma. Y lo mas triste es que protagoniza el momento terminator-patriotator-vengeitor, es decir, que ante la sangre derramada inútilmente de jóvenes norteamericanos y un desplegar incesante de banderas con barras y estrellas, se apunta a una ametralladora de calibre veinticatorce y entre gritos en plan: ¡morir cabrones! y no se que, se mata un par de aviones japoneses.Vergonzoso para un actor que tiene en teoría el premio mas prestigioso de la industria cinematográfica. Pero es algo que no supone ningún problema, porque Jon Voight tiene dos y aquí le tenemos en el papel del Presidente Franklin Delano Roosevelt, que en la película de Bruckheimer se ha convertido en una especie de cowboy en silla de ruedas. Aunque lo de la silla de ruedas hay un par de momentos en que se lo pasan por alto. Que si, que si, que hasta ahí llegan. Por ultimo el más ilógico de todos: Tom Sizemore. Aunque su papel me dejó algo confuso, se podría definir como una especie de mecánico-destroyer, algo así como Ángel De Andrés cuando salía en lo de Manolo y Benito, mezclado a partes iguales con Chuck Norris.El resultado os puedo asegurar que es tan malo como os imagináis. En fin, así puedo pasarme otras tropecientas líneas hablando de la grandeza interpretativa del resto del reparto; papeles verdaderamente estúpidos como el de Dan Aykroyd como Almirante de Inteligencia interpreta-mensajes ignorado por los “peces gordos del pentágono”, que se pasa toda la película advirtiendo del ataque, pero no le escucha ni el técnico de sonido. También es un adorno innecesario lo de Colm Feore como Almirante en Jefe de Pearl Harbor, o algo parecido, que se pasa todo la película lanzando quejas del estilo de: dejar de quitarme a mis hombres, políticos imbéciles y similares, por no hablar del papelón de Graham Beckel (inolvidable Detective Stendhal en “L.A. Confidencial”) haciendo de incrédulo Almirante que solo se limita a pedir mas pruebas. Como os imagináis, tampoco da para más. La misión de estos tres es darnos a entender que si se habrían puesto a ello habrían pateado a los japoneses, pero que perdieron porque los japos hicieron trampas o algo así intentan explicar. Y como ultimo apunte quiero destacar la aparición de Leland Orser, que hasta que falta veinte minutos para que acabe la película, su única aparición se limita a: ¡socorro por favor, estoy herido en el cuello!. Por ultimo, y con esto voy a ver si raciono mejor las palabras, me entristeció encontrarme con Ewen Bremner en el papel de tartamudo, que viene a ser como el personaje cómico de la película.Respecto al grupo de enfermeras se demuestra el poco domino de Michael Bay del medio que le da de comer, siendo incapaz de presentar cualquier personaje, ya sea en solitario o en grupo, ya que al principio por la información que te hacen llegar, crees entender que su función era el de llevar a cabo el trabajo de prostitutas de lujo. Aunque al final se deben de dar cuenta y las convierten en ingenuas vírgenes con el corazón de oro. Sobra decir que la interpretación de Jennifer Garner como mojigata con gafas es soberbia, muy acorde con la de Jamie King como rubia imbécil y enamoradiza. También sale Alec Baldwin en el papel de Harrison Ford. Bueno, una vez he despotricado a gusto contra el equipo mas “artístico” de la película, ha llegado el momento de su faceta técnica o puramente creadora.

Sobra decir que como en toda superproducción de Hollywood y mas si es una superproducción de Hollywood con el sello de Jerry Bruckheimer, las explosiones, escenas con tres mil extras, persecuciones absurdas y efectos especiales de ultima generación va ser lo que realmente mostrara el film. En la película también se pone de manifiesto la absoluta torpeza de Michael Bay para hacer cine, ya que el simplemente aglutina imágenes sin el menor talento otorgándonos como producto final una película interminable, tanto por su ritmo como por una consecución inagotable de tonterías que no dejan de hacerte preguntarte si dará por hecho que eres subnormal. Pero es que en esta película, como en la mayoría de su filmografía, lo peor de sus pequeños errores de guión, es que el mismo los convierte en enormes agujeros que atraviesan la historia, al rodearlos de pretensiones como ocurre que los paralíticos se pongan de pie (escena cargada de una sensiblería y una resonancia absurda), o la mezclolanza de imágenes tipo documental de la época con el menor acierto, el panfletarismo fascista hacia el American Dream, que en sus películas no esta no aparece de manera subliminal si no explicita, o el hecho de que la bomba que impacta en el “U.S. Arizona”, caiga en picado.Como he dicho, una absoluta constante en su filmografía, como es el hecho de que el gas nervioso VX (el de “La Roca”) exista, pero no derrita la cara. Encima, cuando un cineasta tan mediocre como Bay, que hasta ahora solo se ha limitado a superproducciones de “acción trepidante” se encarga de un proyecto tan complejo y pretencioso, sucede que él, como alguien poco modesto que es, se fije el cartel de “pedazo de director”, regalándonos secuencias que tanto dejan que desear, debido a una cierta falsa belleza visual que intenta crear, que reduce siempre a lo mas fácil: una torpe y fuera de lugar cámara lenta, travellings que rodean a los protagonistas, aderezado con primeros planos y una banda sonora de Hans Zimmer que intenta crear una partitura digna para conducir dichos momentos, pero que es vacía y banal como todo en esta película. Como ejemplo de lo que digo esta la secuencia del ataque a Pearl Harbor, presunto adalid de la película, que aun siendo con mucho la mejor parte de la misma, se convierte en un eterno y doloroso ataque mas para el visionador de la cinta, que para el marine que huye de los disparos. Tanto es así, que cuando aun, después del ataque, ves que todavía falta una hora de película, deseas que se pueda llevar mejor que la anterior. Unos efectos especiales de la “Industrial Light & Magic” que son lo único a favor del film, una frivolidad notoria al dedicar del metraje total solo unos diez minutos a la versión japonesa y unas patéticas muestras de heroísmo donde Affleck y Hartnett destruyen mas aviones japoneses que en toda la segunda guerra mundial, constituyen un ataque que no para de alargarse, y el hecho de que Bay encuentre como modo de salvar la situación, cargarse un par de innecesarios secundarios que estaban de adorno, para demostrar aquello del horror y haber si pega, no lo mejora y no consigue transmitir la emoción y exactitud histórica que transmitían “Salvar al Soldado Ryan” o “La Delgada Línea Roja”.

Pero mi tarde de diversión sin precedentes no acabó ahí, ya que: ¡sí! Disco 2, Contenido Extra. Aquí en exclusiva, un hecho sin precedentes, comentando lo nunca comentado: los contenidos extra. Aquí en Big Whiskey. Bueno, pues la tontería empieza con un horrible trailer y continúa con el repugnante video clip de Faith Hill interpretando su horrible tema principal de la película. Como ambos son una mierda me parece que hacen justicia a la película. Luego viene lo peor, donde la desfachatez y falta de vergüenza se dan de la mano, en un deplorable “Como se hizo”, donde los responsables de las tres horas mas sin sentido de tu vida abusan de la idea de que eres idiota e intentadote convencer de que acabas de ver un clásico del cine que pasara a la historia, como si no estaría bien que la juzgases con tus propios ojos al mas puro estilo Groucho ("¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?"). Pues si amigos, eso es; un panfleto publicitario de mas de tres cuartos de hora donde todos los participantes en la producción intentan venderte la misma idea: que película mas cojonuda hemos hecho ¿a que si?. Y encima los cabrones no solo se autocondecoran con la etiqueta de “hemos hecho una película innovadora, como nunca antes se había hecho”, sino que además se jactan varias veces de respetar los hechos de una manera acojonante, pero que han intentado a la vez también crear una historia emocionante que consiguiese traspasar fronteras. Vamos que además te quieren colar que lo han conseguido, presentándote su bazofia final como una especie de mezcla entre “Puente sobre el Río Kwai” y “Un Puente Lejano”, cuando en realidad es la versión retro de “Top Gun”. Todo esto bien saturado de palabras como “nación” o “infamia” y testimonios de supervivientes que te sueltan lo de que aquello fue un infierno pero los muchachos eran estupendos. Pero la tomadura de pelo no finaliza ahí, porque luego podemos disfrutar tras este interminable panfleto de una opción titulada “Perspectiva Japonesa”, un reportaje de 1 minuto y 47 segundos donde nos sale el pobre hombre que ha tenido el honor de interpretar al Almirante Yamamoto diciéndonos como de justa es la visión que tiene el film de los japoneses. Sobre esto ultimo no haré comentarios.
Y esta fue mi inolvidable experiencia, toda una cuenta pendiente que tenia conmigo mismo y que subsané con estoicismo y aburrimiento. “Pearl Harbor”, una película absurda, que intenta que las quinceañeras disfruten de niñato para un buen rato. Una película que pasara a la historia como uno de los trabajos bélicos con menos talento del mundo del cine.

Y que quede claro: ¡no es mía! Solo me la dejaron.

5 comentarios:

Horrorscope dijo...

Jajajajajajajaja... buenísimo, acaba de alegrarme la noche de este insípido día. En serio cuando ví lo largo que era el artículo sobre esta mierda de película pensé que me iba a costar leerle, pero no, me ha entrado solo.
Lo que detallas es cojonudo, tal como sucede en la ¿obra maestra? de ¿Michale Bay?, pero me ha jodido que no pongas fotos de la interpretación de Ben Affleck en plena embriaguez alcohólica, esos ticks parecen sacados del mejor Clarck Gable.
Por cierto lo de trajarse más de tres cuartos de hora de contenido extra no tiene nombre, eso sí que debe ser un infierno y no lo que describen los veteranos. Lo del nipón ese, es de tener más cara que espalda... En fin, supongo que haya causado estragos en usted.
Otra cosa, Michael no se cree buen director, Michael no quiere dotar de belleza la película, Michael no opina que "Pearl Harbor" tiene rigor histórico... Jerry le ordena, y él lo ejecuta.

Dos últimas cosas para terminar: Los paralíticos que se levantan son la repolla; y CUBA RULES!!!!

"¡¡¡¡¡¡¡¡¡MORIIIIIR CABROOONEEEEES!!!!!!!!!!"

Fiodor M. Dostoievski dijo...

O usted es estoico...o masoquista. Menos mal que nos subraya, al finalizar la crítica, que no es suya la película.
Pearl Harbor es uno de los mayores atentados perpetrados contra el cine de los últimos treinta años.
Lo que me he podido reír con ese comentario acerca del extra "Perspectiva japonesa". Qué fuerte... .
Bueno, de paso recomiendo Tora, Tora, Tora!, una visión espectacular, dinámica y apartidista del conflicto, sobre los errores diplomáticos que cometieron ambos bandos. Cinematográficamente es excelsa; aunque hace poco se descubrió que Truman ya sabía lo del bombardeo y que dejó que todo ocurriera para poder acojonar a Japón y al mundo entero con las tristemente célebres bombas atómicas.
Lamentable nuestro siglo.
Saludos, y siga así.

Kill James Cameron dijo...

Me alegro que el comentario por lo menos consiga divertir a alguien, ya que he intentado dejar claro que la pelicula no lo consigue. La verdad es que mi post inagural iba a ser sobre la magnifica pelicula manga "Akira", por aquello de empezar a lo grande. Pero, buf... me cuesta trabajo lo de sintetizar y puede, segun Truffaut, que cueste lo mismo hacer una peli buena que una mala, pero sin duda es mas jodido hacer un post de una buena que de una mala.

Respecto a lo de Bruckheimer y Bay, pues lo de siempre, mucha caradura.

Querido Dostoievski, por supuesto que una pelicula con Ben Affleck y una con Jason Robards no tienen nada que ver.

Yukio Seki F1 dijo...

MASOQUISMO HECHO POESIA.

Mycroft dijo...

Es usted el nuevo Masoch del cine...estupenda reseña!