¡Al fin en mis manos!

Las 13:26. Estaba decidido. Iba a tirar mi móvil a la carretera. Ya esta. Sin más. Verán, no es que sea impulsivo, simplemente se trata de que si entendemos que un móvil (como toda tecnología útil actual) debe facilitarle la vida a uno, el mío no es un móvil. Pues en esto estaba, con la mano en alza para estamparlo contra el suelo (lo juro por mis muertos), cuando mi enérgica pasión es sustituida por un clásico: “no puede ser”. Enfrente de mí, se alzaba uno de esos quioscos que satura las calles de mi ciudad de residencia. En lo mas alto, colgado de una pinza y meciéndose al son del aire, se encontraba ni mas ni menos que: “V de Vendetta”. No puede ser. El sábado veo la película, una vez conseguida la colaboración de blogger, cuelgo la crítica una semana justo después y al día siguiente me encuentro el comic. Es demasiada casualidad. Pero no, espera; la casualidad no existe, entonces... si esta ahí; es para que lo compre. Era increíble. Había pasado por delante de otros tres quioscos antes de llegar a este punto del camino. Estaba buscando la edición en DVD de “El Gatopardo”, una de esas múltiples obras magnas del cine que me son totalmente desconocidas y, de repente, en medio del ruido y la furia: “V de Vendetta”. “Serénate” -me dije- “céntrate en el objetivo, cálmate, baja el brazo y deja de hablar solo que la gente esta mirando”. Venia precintado y pegado a un cartón que tenia rotulado: “V de Vendetta en 10 entregas semanales a 1.95 € cada una”. Vale, piensa. ¿Tienes 1.95? .Si, tengo en la cartera 8.97 € exactamente. Bien, eso bastará. Pero rápidamente me percate de un problema: ¿“10 entregas semanales”?. La última vez te dejé en un estante junto con otros 6 y eras un tomo de tapa dura y estabas en un solo volumen de 300 y algo paginas. Al momento me percaté. ¡Oh Dios!: es del “Planeta Deagostini”. Panda de cabrones. Todavía oigo la voz de la dependienta de la tienda: “¿el “Batman Año Uno”?. Veras, si, si que hemos tenido la colección completa en su solo tomo (por 15.50 €), pero es que ahora lo ha compadro los de Planeta Deagostini para vender por separado todos los números. Ya lo siento. ¿Que? No ahora van por el numero... ¿por cual iban?”. “Creo que tenemos el 36 por ahí” -exclamó el maromo que estaba enfrascado en una conversación con una par de tipos sobre la diferencia entre un acto violento y un acto sádico. “Están por el 36. Ya lo siento. ¿Puedo ayudarte en alguna otra cosa?”. Si, como no, ¿como se llama el mandamás del planeta ese de los cojones?, es que quisiera su cabeza en una bandeja de plata. Y al fin nos volvíamos a encontrar. Con que tu otra vez. Seguro que a raíz de la película has olido el negocio y te a faltado tiempo para comprar los putos derechos o una historia así, esparcir el comic en una cantidad de fascículos lo suficiente grande como para que te salga a euro la pagina y vas a empapelar todos los quioscos con el primer numero y aquí un pringao como yo te lo va a comprar y se las vas a hacer pasar putas para buscar el séptimo numero. Que te jodan. A Kill James Cameron no se le putea dos veces. El caso es que ahora que escribo esta parrafada es cuando me doy cuenta de que lo tengo delante mío, leído por primera vez y a punto de empezar en un rato la segunda. ¿Como fue? Me acerqué al quiosco. Se me adelantó un crío que pago la revista “Reggeaton” (viva la literatura de calidad), alargue la mano por aquellos de indicar a la quiosquera; “esto de aquí...”. Se vuelve y me pregunta: “¿cual es?”. “V de Vendetta” -balbuceo (que emoción). Ella desaparece tras el mostrador y en 15 segundos vuelve con un numero idéntico, diciendo: “es que el de arriba sino cuesta mucho volver a poner otro”. No puede separar el comic del cartón de marras. “Que bien pegado esta” –dice. Ante esta realidad ella responde tirando del comic como si fuese un puto rollo de papel higiénico. “Ya está” -exclama cuando el comic, milagrosamente de una pieza, a acabado separándose. La entrego dos euros y, antes de que lo tome en mis manos, me pregunta: “¿de que va?, porque nos llegó anoche y no he tenido tiempo ni de mirarlo”. ¿Que de que va?, ¿todo? ¿Supongo que no tendrás el ordenador ahí para mandarte otra vez donde Dostoyevski? “Es que yo solo he visto la película”. Vaya respuesta más imbécil a la pregunta. “Es... digamos... ¿un comic con fuerte carga política?” –esta tendrá que valer. Al fin en mi poder. Es hora de ahuecar el ala. Pero... ¿que hago? ¿Lo leo ahora aquí? ¿Me siento en un banco o lo leo en mi cubil? Igual debo de ir ahora y leerlo. Quizás debo leerlo el 5 de Noviembre. Si, esa seria buena. ¿Postearé?. Supongo que si. No, seguro que si. ¿Pero que?, solo deben de ser 15 hojas en esta edición. ¿Por donde empiezo? ¿Que digo que no se halla dicho ya? No he criticado un comic en mi vida. ¿Cómo lo hago? ¿Criticando cada vez que me lo compre? Una critica semanal sobre 30 páginas. Ahora estoy sumido en un mar de dudas.



"Comencé “V de Vendetta” en el verano de 1981 durante unas vacaciones en la isla de Wight. Mi hija más joven, Amber, tenía solo unos meses de edad. Lo acabe al final del Invierno de 1988, después de pasar cinco años sin publicar tras la desaparición de la revista “Warrior”, su hogar inicial. Amber tiene ahora siete años. No sé por qué lo he mencionado. Es una de esas nimiedades que te golpean de repente, con una fuerza tan inesperada que no puedes hacer otra cosa que sentarte.

Junto a “Marvelman”, “V de Vendetta” representa mi primer intento de llevar a cabo una serie regular, que inicie al principio de mi carrera. Por este motivo, entre otros, hay cosas que suenan extrañas en los primeros episodios si se comparan con el desarrollo de la historia. Espero que seáis comprensivos con cualquier torpeza inicial, y que compartáis nuestra opinión de que era mejor mostrar los primeros episodios sin revisar, con todas sus imperfecciones, que volver atrás y suprimir cualquier rastro de juvenil inexperiencia creativa.

Por mi parte, había también algo de inexperiencia política, lo que resulta evidente en los primeros episodios. En 1981, el término “invierno nuclear” no era especialmente conocido y, aunque mis suposiciones acerca de los trastornos climáticos se acercaban bastante a la situación real, el hecho es que la historia sugiere que es posible sobrevivir a una guerra nuclear, por pequeña que sea. Y, que yo sepa, hoy por hoy eso no es posible.

También se puede detectar cierta ingenuidad en la suposición de que haría falta algo tan melodramático como un conflicto nuclear para conducir a Inglaterra hacia el fascismo. Aunque debo decir en mi defensa y en la de David que en aquella época no había mejores o más precisas predicciones en forma de comic acerca del futuro de nuestro país. El hecho de que gran parte del fondo histórico de la historia proceda de una posible derrota de los conservadores en las elecciones de 1982 os da una idea de lo fiables que éramos como oráculos.

Ahora estamos en 1988. Margaret Thatcher comienza su tercer mandato y se siente tan segura al respecto que habla de llegar al próximo siglo con un liderazgo continuo. Mi hija pequeña tiene ahora 7 años y en la prensa circula la idea de crear campos de concentración para enfermos de SIDA. La nueva policía antidisturbios lleva visores negros, al igual que sus caballos, y sus furgonetas transportan videocámaras giratorias en el techo... El gobierno ha expresado el deseo de erradicar la homosexualidad, incluso como concepto abstracto. Y uno solo puede preguntarse contra qué nueva minoría se legislara a continuación. Estoy pensando en llevarme a mi familia fuera de este país muy pronto, dentro de uno o dos años. Es frío, mezquino y ya no me gusta.

Buenas noches, Inglaterra. Buenas noches a los servicios nacionales y a la V de la Victoria.

Hola a la Voz del Destino y a “V de Vendetta”."

Alan Moore

Northampton, marzo de 1988

Esta es la introducción que Alan Moore realizo para el primer numero de la publicación de “V de Vendetta” en DC Comics.